09 octubre 2008

AHORA



Ahora

que han acabado
las noches de júbilo,
las largas tardes apostado
tras el humo de un pitillo
observando cómo
se esfuman las horas;
la universidad y sus novias;
el coqueteo y el posterior
estertor de las drogas;

ahora
unos años después,
nos parapetamos en la normalidad
de un trabajo, de un hogar,
o tras el lánguido pentagrama
de un tema de Jimmy Scott.

Aun así, sentimos con toda certeza
que la ansiedad sigue latiendo en nosotros
como una pantera enjaulada:

Todavía alerta.
Todavía al acecho.

Pablo Casares

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