18 septiembre 2008

CARROÑA



Recuerda lo que vimos, alma mía,
aquella mañana de verano tan dulce:
a la vuelta de un sendero una carroña infame
en un lecho sembrado de guijarros,

con las piernas al aire, como una mujer lúbrica,
ardiente y sudando los venenos
abría de un modo negligente y cínico
su vientre lleno de exhalaciones.

El sol brillaba sobre esta podredumbre,
como para cocerla en su punto,
y devolver ciento por uno a la gran Naturaleza
todo lo que en su momento había unido;

y el cielo miraba el espléndido esqueleto
como flor que se abre.
Tan fuerte era el hedor que tú, en la hierba
creíste desmayarte.

Zumbaban las moscas sobre este vientre pútrido
del cual salían negros batallones
de larvas que manaban como un líquido espeso
por aquellos vivientes andrajos.

Todo aquello descendía y subía como una ola,
o se lanzaba chispeante
se hubiera dicho que el cuerpo, hinchado por un aliento vago,
vivía y se multiplicaba.

Y este mundo producía una música extraña
como el agua que corre y el viento
o el grano que un ahechador con movimiento rítmico
agita y voltea con su criba.

Las formas se borraban y no eran más que un sueño,
un esbozo tardo en aparecer
en la tela olvidada, y que el artista acaba
sólo de memoria.

Detrás de las rocas una perra inquieta
nos miraba con ojos enfadados,
espiando el momento de recuperar en el esqueleto
el trozo que había soltado.

Y, sin embargo, tú serás igual que esta basura,
que esta horrible infección,
¡estrella de mis ojos, sol de mi naturaleza,
tú, mi ángel y mi pasión!

¡Sí! tal tú serás, oh reina de las gracias,
después de los últimos sacramentos,
cuando vayas, bajo la hierba y las fértiles florescencias,
a enmohecer entre las osamentas.

Entonces, oh belleza mía, di a los gusanos
que te comerán a besos,
¡que he guardado la forma y la esencia divina
De mis amores descompuestos!

Charles Baudelaire "Las flores del mal"

15 septiembre 2008

LOS OTROS



Sonreid ahora, desgraciados.


Mostrad vuestra impúdica sonrisa

en cientos de fotos,

esa repugnante mueca

que jamás borráis de vuestro rostro

mientras arrasáis con todo

pues esa es vuestra costumbre.


Desde aquí os maldigo:

mi lado salvaje os lanza

un grito descarnado y colérico

que golpeará el vacío

de vuestras grotescas carcajadas


A esos señores de impolutos trajes y relucientes comillos.

Con todo mi odio.

13 septiembre 2008

COMO EL TORO


Como el toro he nacido para el luto
y el dolor, como el toro estoy marcado
por un hierro infernal en el costado,
por un varón en la ingle como un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto
todo mi corazón desmesurado,
y del rostro del beso enamorado,
como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo,
la lengua en corazón tengo bañada
y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo,
y dejas mi deseo en una espada,
como el toro burlado, como el toro.

Miguel Hernández

11 septiembre 2008

GUERRA A LA GUERRA



Ya no queda nadie

Acorraladas sombras

Sangre en las paredes

Puedes pasar

Habitaciones huérfanas

Puertas acribilladas

Gritos ahogados

No queda nadie

Ocupad las madrigueras

Ahora podemos pasar

10 septiembre 2008

EL LAMENTO DEL VAMPIRO



Vosotros, todos vosotros, toda
esa carne que en la calle se apila, sois
para mí alimento
todos esos ojos
cubiertos de legañas, como de quien no acaba
jamás de despertar, como
mirando sin ver o bien sólo por sed
de la absurda sanción de otra mirada,
todos vosotros
sois para mí alimento, y el espanto
profundo de tener como espejo
único esos ojos de vidrio, esa niebla
en que se cruzan los muertos, ese
es el precio que pago por mis alimentos.

Leopoldo María Panero

"Last night together" 1980




09 septiembre 2008

VIAJERO

El tren que nos separa

el tren que nos acerca

Viajes al encuentro del amor

caminos de hierro

al centro del corazón

Distancias no son problema

sentimientos profundos

atan almas con cadenas

De estación en estación

maletas llenas de besos

de Madrid a Gijón

03 septiembre 2008

EN EL PRINCIPIO

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.

Blas de Otero

02 septiembre 2008

PARAISO PERDIDO

Expulsados del paraíso infantil.

Espejismo la inocencia en la mirada,

somos pálido reflejo

de una felicidad no resuelta.

Adoptamos nuevos rostros

condenamos nuestros sueños

tras la promesa de la vida perfecta

que jamás alcanzaremos.

Seres dóciles

acostumbrados a la impostura,

dejándonos llevar

por la voz de la ignorancia

para ser un borrego más,

y compartir el redil

con nuestros iguales

asintiendo muy felices

en perpetua señal de amistad